CHARLY GARCIA EN MODO IMPERDIBLE: LA MÁQUINA DE HACER PÁJAROS
Escrito por OktubreFM el 10 marzo, 2022
Corría el año 1976 y el rock progresivo y sinfónico era un género masivo, reconocido en el ámbito mundial y, también, en el cono sur de América. Argentina desarrollaría bandas de culto como Invisible, Crucis, Alas y Espíritu. Luego del desconcierto lógico producido por la disolución de Sui Generis con un par de conciertos que masificaron al rock en Argentina, Charly García, había entrado en un período de incertidumbres y angustias. Tratando de canalizar esto, inició diversos proyectos, como PorSuiGieco que nació como una reunión de amigos, Raúl Porchetto, Sui Generis, León Gieco, y María Rosa Yorio (esposa de Charly), la idea principal era conformar una compañía editora (musical) y que terminó con formato de un álbum y varios conciertos. El rock progresivo y sinfónico interesó a García, como demuestra el solo de teclados y piano en el concierto despedida de Sui Generis (en la canción “Un hada un cisne”), en la línea del Rick Wakeman de Yessongs, y los arreglos de Pequeñas anécdotas sobre las instituciones (último álbum de Sui Generis) que ya insinuaba arreglos en elaborado estilo, además de su reconocido gusto por o su banda de cabecera The Beatles.
Oscar Moro, exbaterista de Los Gatos y de Color Humano entre otros, le había mencionado a Charly que quería trabajar con él. Fue Moro precisamente el primer convocado. Desde agosto de 1974, José Luis Fernández tocaba el bajo en la banda Crucis. En mayo de 1975, Charly García lo había invitado a grabar en el álbum Porsuigieco (entre el 28 de mayo y el 18 de junio de 1975) como músico sesionista. Finalmente García lo convenció de abandonar Crucis y unirse a él y a Moro. El debut de este trío (Moro, García y Fernández) se dio en Córdoba, poco después, en ese show conocen a un fanático, también músico, que tocaba la guitarra, llamado Gustavo Bazterrica, que se transformaría en el cuarto miembro del grupo. Una vez conformados como cuarteto, “La Máquina” realiza sus primeras presentaciones en el boliche La Bola Loca en Capital Fedral, propiedad de Atilio Stampone. También se había incorporado un coro a cargo de Ana María Quatraro y Héctor Dengis. Pero Charly, no conforme decide agregar a otro integrante para poder alcanzar una identidad grupal que no dependa tanto de él, y eliminar al coro, así ingresó a la banda Carlos Cutaia de Pescado Rabioso. «La onda es hacer una música elaborada, con concepción en los arreglos. Pero no queremos hacer una música hermética, queremos que la entienda todo el mundo», manifestó Charly García en el año 1976.
La Máquina fue contemporánea al comienzo de la dictadura y es en este grupo donde Charly comienza a desplegar su enorme potencial como músico, compositor, cantante y letrista.

Con el material suficiente para grabar un álbum (mucho del cual ya venía de Sui Generis), comenzaron a tocar a mediados de 1976 en locales para no más de trescientas personas, para terminar de afianzarse. En esa época existía una tira de humor gráfico del dibujante y humorista Crist, cuyo protagonista se llamaba García y la historieta se titulaba “García y La Máquina de Hacer Pájaros”. La coincidencia hizo que adoptaran ese nombre para la banda.
Con ese material, totalmente escrito por García, aún en contra de lo que él pretendía, ya que esperaba ser uno más en la banda y no su líder, grabaron su primer álbum, cuyo título era homónimo a la banda. El álbum contiene siete canciones largas, incluyendo canciones con abundantes guitarras acústicas como en “Como Mata el Viento Norte” o “Por Probar el Vino y el Agua Salada”, así como también piezas con guitarras marcadas como “No Puedo Verme Más” o “Boletos, Pases y Abonos”. La canción “Bubulina”, que ya formaba parte del repertorio en vivo de Sui Generis, de los tiempos de Sui Generis, fue reconvertida a una pieza con líneas sinfónicas, cortes y cambios de ritmo. La letra era un homenaje a María Rosa Yorio, por entonces pareja de Charly y madre de Miguel, su hijo. También pueden escucharse los coros de Celeste Carballo, con sólo 20 años.
La revista Expreso imaginario lo definió así:
Una máquina funcionando a todo vapor, desbordando una vibrante energía, dueña de un sonido preciso, claro, compacto, fluidos y con muy buenas individualidades.
Expreso imaginario, 1976.

Su segundo álbum de estudio se llamó Películas fue editado en 1977. El concepto se centraba en el nombre de una canción del álbum “Que se puede hacer salvo ver películas”. La tapa tenía un mensaje a tono con el momento que se estaba viviendo: aparecen los integrantes de la banda saliendo del cine luego de ver una película llamada Trama macabra. A pesar de que los álbumes tenían una cuidada producción, no tuvieron el éxito que ellos esperaban.
Los roces entre Charly y el resto del grupo (especialmente con los más jóvenes), se fueron acentuando poco a poco. El detonante fue el futuro tercer disco que empezaba a debatirse en el seno de La Máquina. La mayoría de los integrantes del grupo sostenían que cada miembro de la banda debía componer dos temas del futuro trabajo, a lo que Charly se opuso terminantemente, solicitando primero escuchar los temas y ver qué material se elegiría para el álbum. Finalmente, Charly abandonó la banda.
Ya estoy cansado de tener que pensar cada cosa de La Máquina, de ser el responsable y dar la cara por el grupo. Me estoy comiendo una paranoia total por ese asunto; ya no quiero sentir el peso de una estructura grupal, quiero alejarme de todo ese mambo. Ahora, la cosa será distinta, voy a hacer lo que realmente me indique el corazón; en La Máquina tenía que hacer lo que me ordenaba mi cabeza, y me cansé.
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HIPERCANDOMBE
IMPERDIBLE ENTREVISTA EN 1976