“MI ÚLTIMO DISCO ME SALVÓ DE LA PANDEMIA” | CIELOAZUL EN OKTUBRE
Escrito por Manu Basile el 24 noviembre, 2021
En el marco del estreno de Selva, su último disco, Cieloazul pasó por Oktubre FM para charlar con Manu Basile sobre lo que representó la cuarentena, el proceso de creación y mucho más.

-Si bien de cierta forma estamos en otra etapa de la pandemia, me gustaría conocer como fue para vos el proceso de cuarentena ¿Cómo lo viviste?
-La verdad fue muy raro. Yo venía de una gira en México con Kiddo Toto y Biza. Cuando llegué estaban todos con barbijo y yo pensé que venía un apocalipsis (risas). Después me contaron toda la situación y al principio no entendía nada. Me encerré y justo apareció este concepto del disco y me salvó un poco del encierro. Tenía ganas de quedarme encerrado pero me limitó bastante la conexión social, salir y doblarme con amigos me hace volver a casa con cosas para escribir. Pero el disco me salvó la pandemia.
–¿Te costó más escribir?
–Si, una bocha. No me inspiraba ninguna película, ningún libro. Pasaban los días y esperaba que aparezca de algún lado.
-Tus primeros acercamientos con la música fueron de muy chico ¿Cómo te adentras en ese mundo?
–Desde que nací mis viejos ponían música en casa todo el día, y ahí comienza mi acercamiento. A mi viejo le gustaba mucho cantar y grabar y yo lo acompañaba al estudio. Ahí conocí como se hacía una canción. Mi primera conexión se da cuando mi viejo compra un piano que nunca aprendió a tocar y lo agarré yo. A los 11 años medio que arranqué con el piano, a tocar canciones de Charly, Calamaro, rock nacional. En ese momento conocí un profesor de guitarra que me dijo “ponete ahí que yo te grabo” y de repente me di cuenta que estaba haciendo una canción, yo no sabía cómo se hacían hasta ese momento. A partir de ese momento me metí de lleno en la producción.
-¿Todos esos artistas que mencionas como Charly o Calamaro influyen hoy en día en tu música a pesar de ser otros géneros?
–Si, re influyen. Si las canciones que yo hago las pasas a un piano o una guitarra pueden ser parte del catálogo del rock nacional tranquilamente.
–¿Cómo surge la idea de hacer un trabajo conceptual como un disco en lugar de singles?
-Pensándolo como consumidor, toda mi vida me aportaron mucho los discos. Me nutrieron y me enseñaron a leer las cosas conceptualmente y encontrar pequeños detalles en diferentes canciones que engloban el mismo concepto. Como consumidor me cambió la vida. Como artista quería generar eso en la gente que lo escuche. Si lo escuchas entero vas a encontrar cosas que solo podés encontrar escuchándolo de esa manera.
–Muchos artistas cuando hablan de sus discos los definen como etapas de su carrera y de su vida. ¿En qué etapa sentís que te llega Selva?
–Buena pregunta. Lo que había sacado antes eran canciones más “cute” o indie y yo me harto rápido de las cosas. Entonces encontré este concepto que era mucho más agresivo y popero, pero con muchos sintetizadores y creo que define bastante este proceso de dejar mi adolescencia y meterme de alguna forma en la adultez. Me agarró mudándome solo y creando mi primer estudio grande, en nuevas etapas, nuevos amigos. Muchos cambios. Creo que este disco define esta etapa.
–Un aspecto que es muy fuerte en Selva es el apartado visual. ¿Qué sentís que le aportan a las canciones los videos?
–Previo al lanzamiento habíamos hecho 4 videoclips para los adelantos. Cada uno de esos videos tenían personajes muy diferentes. Yo soy muy de lo visual, las cosas me entran mucho por la visión y quería sumar a la música un video que traiga una pata nueva, no solo para que la gente vea cualquier cosa mientras escucha. Creo que logramos un poco eso de que lo visual cuente algo que la música no.
–Me gustaría charlar de las colaboraciones, los nombres que vemos son de gente que suele trabajar con vos ¿Cómo fue la selección y que aportaron los fts a este album?
–Siento que le dan algo que yo no le pude dar. Trajeron algo muy distinto a lo que yo estaba haciendo. Por ejemplo, Male Villa en un pop electrónico con su voz angelical tiene esa relación que a mí me llama mucho la atención. O meter a Toto que tiene una onda más trapera en algo eufórico, o Angelo con su voz experimental en un tema con violines. Tratamos de lograr una convivencia entre algo orgánico y algo electrónico o futurista, algo que a mí me representa mucho.
–Cuando te escucho hablar se nota mucho que sos productor y te adentraste en ese sentido. ¿Cómo se equilibra tu parte de compositor y productor?
–Es un quilombo la verdad, no encuentro un equilibrio. Produzco el tema, escribo la canción, grabo a les artistas, después grabo los instrumentos. No hay un equilibrio, tiro para adelante hasta que lo consigo y si no lo hago, me arruino un par de días, me desconozco conmigo mismo y arranco otra vez.
–¿Te interesa trabajar con otro productor en algún momento?
–Si, es a lo que aspiro ahora y tengo varios productores que me encantan y que se vamos a hacer algo groso. Pero este disco lo quería lograr yo.
–Durante la pandemia faltaron los shows y me imagino que es algo que tenés muchas ganas de vivir pronto. ¿Qué te representa tocar en vivo?
–Es una locura. Ya sea para 10 personas o para 20.000 pasa que se da una conexión real. Vos le estás cantando a alguien y esa persona te está mirando, te está transmitiendo sus energías y se crea algo divino que faltó en esta pandemia y se nota. Hay muchas ganas de que se genere algo bastante humano. Desde previo a la pandemia que no toco con banda y tenemos muchas ganas de detonar los shows que se vienen.